PÓRTICO
Parafraseando
a Macedonio Fernández, no sé cómo empezar un blog, o sea que lo único que se me
ocurre para empezarlo es escribir la primera frase.
La decisión
de inaugurar este blog viene de lejos, pero ha sido atrasada por las muchas dudas,
y no diré que todas estén resueltas ahora mismo. Ante todo, es un género nuevo
de eso que podríamos llamar egoliteratura, y yo, aunque soy novelista, soy
pudoroso, tanto que no voy a hablar de ese pudor fuera de reconocerlo aquí y
ahora. Me impresionan y casi asustan las proporciones que cualquier texto
(imaginemos uno íntimo) pueden adquirir en internet. Pero es que, además, he
sido hasta ahora bastante conservador frente a la revolución digital y sus
beneficios supuestamente democratizadores. No tanto como para ir diciendo, como
hace más de un fósil literario, que adoro las máquinas de escribir -que nunca
utilicé y que me parecen felizmente olvidadas-, pero es cierto que soy,
digamos, bastante canónico (elitista, para algunos) y que hasta ahora he mirado
con algo de desdén la proliferación de textos en la red y la logorrea de
vanidad literaria en la selva digital. Lo admito: fui de los que creyeron que
internet era el espacio de los narcisistas y los incapaces de publicar y
moverse en el campo de juego convencional y “serio”. Sin embargo, empiezo sentirme
en transición, decepcionado con el pasado y curioso por el futuro, y por eso me
tienta jugar con las dos barajas: la analógica, académica e impresa, la de los
escritores y profesores tradicionales, y la digital, caprichosa e incierta.
El ejemplo de la perseverancia de mi hermano con su blog ha sido, sin
duda, importante. Pero, una vez vencidos los remilgos y prejuicios, con la
decisión ya tomada, vienen ahora otras opciones nada fáciles de resolver, sobre
todo relativas al tono y al contenido. ¿Tono zumbón y jocoso, propio de
tertulia bien regada con vino? ¿Rigor académico, con citas y notas, con
afirmaciones justificadas y reflexiones sesudas sobre literatura, que es, al
fin y al cabo, mi mayor dedicación, profesional y personal? ¿Autopromoción
literaria para levantar el negocio, que anda de capa caída? ¿Bitácora de la
vida cotidiana, sublimando rutinas y detalles para soñar que escapo de la
mediocridad? ¿Análisis de la realidad y opiniones políticas en tiempos difíciles
(como si hubiera tiempos fáciles)? Y hay más preguntas, por ejemplo sobre los
lectores: ¿escribir para los que ya te conocen o para los desconocidos? ¿Cuál
es, además, la medida de la satisfacción como bloguero: la cantidad de
seguidores o la interacción con ellos? ¿O acaso lo único que importa es la
tenacidad del proyecto personal?
He curioseado en bastantes blogs últimamente, y confieso que algunos me han resultado algo deprimentes, no tanto por los textos, sino por la evidente decadencia a partir de una ilusión inicial que no ha tenido apenas continuidad. Conozco a más de un amigo que ha salido derrotado sin haber conseguido ni un solo comentario de un lector. En el ámbito literario, los hay de muchos tipos: hay escritores que han apostado bastante por la eficacia del blog, como Eduardo Moga, Alberto Olmos o Vicente Luis Mora. Otros, en cambio, apenas lo utilizan como noticiero bastante superficial de su carrera comercial. También los hay pretendidamente contestatarios, con más o menos gracia, que pretenden burlarse del sistema literario aunque se les nota mucho la nostalgia de los tiempos aristocráticos.
He curioseado en bastantes blogs últimamente, y confieso que algunos me han resultado algo deprimentes, no tanto por los textos, sino por la evidente decadencia a partir de una ilusión inicial que no ha tenido apenas continuidad. Conozco a más de un amigo que ha salido derrotado sin haber conseguido ni un solo comentario de un lector. En el ámbito literario, los hay de muchos tipos: hay escritores que han apostado bastante por la eficacia del blog, como Eduardo Moga, Alberto Olmos o Vicente Luis Mora. Otros, en cambio, apenas lo utilizan como noticiero bastante superficial de su carrera comercial. También los hay pretendidamente contestatarios, con más o menos gracia, que pretenden burlarse del sistema literario aunque se les nota mucho la nostalgia de los tiempos aristocráticos.
A veces creo que me gustaría más crear un blog monotemático de baloncesto
o ciclismo, que son los dos deportes que me apasionan (y que, por supuesto, no
he podido practicar en serio nunca) y sobre los que no me cansaría de opinar y
discutir. O sobre televisión, a la que (lo confieso) le dedico mucho tiempo
cada día. En cambio, me da una cierta pereza crear un diario de lecturas y
llenar la red con más gustos de consumista literario. Sin duda, la razón última
es que cada día me cuesta más entrar en una librería.
Con sinceridad, no sé ahora mismo cuál de las opciones (incluido el
silencio) será la que triunfe. Machadianamente, habrá que ponerse en marcha y
hacer el camino.
Si lo vas a dejar, que no sea por tener cero comentarios. Ánimo, te leemos.
ResponderEliminar¡Gracias, amigo anónimo y absolutamente desconocido!
EliminarTe leeremos, que eres sabio y piensas y dices cosas interesantes.
ResponderEliminarSeré sabio en todo caso porque tengo amigos sabios.
EliminarBlogger es muy soso. Mejor wordpress.
ResponderEliminarUri
¿Ya empezamos con las críticas?
EliminarPablo, amenazo con leerte.
ResponderEliminarPablo, amenazo con leerte.
ResponderEliminarLas amenazas están para cumplirlas. Piensa que espero dedicar una entrada a verificar la existencia de la literatura costarricense.
EliminarSi vas a intentar eso, veo que ya decidiste la temática del blog:mitología, seres fantásticos y afines. Con más gusto te leeré.
EliminarSiempre disfruté mucho tus clases. Seguiré este blog definitivamente. Espero no optes por el silencio. Pamela
ResponderEliminarMuchas gracias, querida Pamela.
EliminarPablo Sánchez blogger?? No me lo pierdo!
ResponderEliminarMayte
¡Y ya verás cuando empiece mi videoblog de moda!
EliminarEs un gusto leerte en este blog. Ojalá sean muchas las publicaciones.
ResponderEliminarMuchas gracias, querido Carlos. A ver hasta dónde llegamos.
EliminarGustazo de leerte, siempre. Un consejo: fija una regularidad (en plan "publico lunes, miércoles y viernes") o avisa de los nuevos posts por Twitter.
ResponderEliminarGracias por el consejo. Tienes razón. No tengo mucha experiencia en estas cosas, y ni siquiera tengo cuenta de Twitter.
EliminarPablito Pablito. Felicidades. Te leemos.
ResponderEliminarAquí otro que aporta un comentario y promete seguir el blog. Me fío de quien lo ha recomendado. Un saludo.
ResponderEliminarSé bienvenido.
Eliminar¡Persevera! Onetti te vigila. Te leemos.
ResponderEliminarQue experimentes cosas de interés en este medio que, como comentas, tiene cosas buenas y malas, como todos. Te seguiré con ganas.
ResponderEliminarAbrazos.
Gracias, a ver qué tal sale. Un abrazo.
EliminarMe da mucho gusto saber que podré leerte en este blog. Para mí es una suerte. Me inquieta, eso sí, que me hayas adelantado por la derecha (no hacer lecturas ideológicas, please, sólo viales). Que tú tengas un blog y yo, que juego en casa, siga sin tener uno en condiciones... manda güevos (sic). Un abrazo!
ResponderEliminar